martes, 8 de marzo de 2016

MARIANO, SÉ FUERTE

Cuando 2003 daba sus últimos coletazos, se comenzó a fraguar en España una de las maniobras políticas más perniciosas que hemos sufrido en los últimos 40 años.

A ese pistoletazo de salida lo llamaron "El pacto del Tinell"

No descubro nada si os digo que, en una democracia como la que tenemos, es completamente lícito que dos partidos que no han ganado las elecciones, ni en votos ni en escaños, pacten para gobernar por delante del que las ganó.
Esta ha sido una fórmula muy útil para ciertos casos concretos, sobre todo en alcaldías, como mecanismo de desalojo del poder de algunas figuras necesariamente prescindibles, las cuales llevaban décadas aferradas al Sillón.
Pero, ¿Qué pasa cuando eso se vuelve norma y arma utilizada para un único partido?

El cordón sanitario.

Esta expresión de tintes fascistas no es mía.
La acuñó, y si me equivoco, que me tiren al río con zapatos de cemento, 
Federico Luppi. Que para los no iniciados en el universo ceja, es un actor argentino muy amigo de mi admirado José Luis.

Desde aquel pacto del Tinell, donde pactaron PSOE, ERC, y el artista anteriormente llamado CiU (el mundialmente famoso tripartito) parece que se ha perdido la vergüenza de la incoherencia que supone una alianza entre fuerzas antagónicas, en aras de un objetivo común.
Supongo que habrán llegado a la conclusión que, si Hitler y Stalin pudieron llegar a pactar para arrasar Polonia y los países nórdicos, ¿por qué no iban a poder hacerlo ellos?

Una vez despojados de esa vergüenza, incoherencias varias, y algún que otro dilema ideológico y moral, el objetivo "común" era fácil de adivinar. 
El Partido Popular. 
O lo que quiere decir lo mismo, el asalto al poder al precio que haga falta.

Así, después de una década trufada de buenismo, una campaña mediática teledirigida con precisión de francotirador, y no lo vamos a negar, bastante ayuda de los de la gaviota, llegamos a la realidad virtual y esperpéntica que vivimos hoy.

Hemos llegado a un punto que nos parece normal que un partido político constitucionalista moderado necesite mayoría absoluta para gobernar.
Dan igual las diferencias en votos o en escaños.
Dan igual los programas.
Dan igual las consecuencias.
El PP es el único partido que necesita mayoría absoluta para gobernar. 
Y lo hemos comprado.

¿Qué ha hecho el PP para que sea poco menos que un leproso?

Ha gobernado 3 legislaturas. 12 años.
la primera legislatura de Aznar, es en mi opinión la mejor de toda la democracia.
Convirtió un país sumido en una crisis profundísima en la locomotora de Europa.
Pactos de Estado por las pensiones. Lucha eficaz contra un terrorismo todavía muy activo en aquellos tiempos. Leyes conjuntas. Acuerdos con los sindicatos. Y por casualidad o por buen hacer, un periodo de bonanza económica muy importante.
Su segunda legislatura, siendo muy buena, comenzaba a apuntar los vicios de las mayorías absolutas.Y después de deslealtades, juego sucio, y casi 200 muertos en unos trenes, pierde las elecciones en favor de mi amado José Luis.

Por aquellas cosas de la vida, de nuevo 8 años de gobierno socialista, sumen el país en otra crisis de proporciones bíblicas.
Y llega Mariano en 2011 cuando la situación es poco menos que insostenible.
Aplica sus políticas y, cuatro años después, el paro ha bajado y el país crece.

Si bien es cierto que hay muchos puntos de crítica a su gestión, ¿tanto mal le ha ocasionado a España como para aplicarle un cordón sanitario que no se está aplicando, por ejemplo, a Bildu? 


Aceptamos con naturalidad que el PSOE pueda pactar con partidos nacionalistas, anti europeístas, patrocinados por el terrorismo etarra y hasta con el mismísimo diablo, con tal de desalojar al PP del poder.

No nos ruborizamos cuando escuchamos al Secretario General del PSOE atacar y censurar la corrupción del PP.
Un PSOE que tiene más casos de corrupción abiertos que el PP.
Un PSOE que, en términos cuantitativos, cifra en miles de millones de euros sus corruptelas.
y es imposible responder o cuestionar ese argumento porque hemos comprado la prohibición sectaria del término "y tú más". Por lo que la corrupción roja, la de "la gente", no existe.

Nos parece absolutamente normal algo, que hasta hoy, no había pasado.
Que la lista más votada, no hubiera gobernado España.

"El PP ha perdido muchos votos"  
 Grito con la cara más dura de cemento, cuando yo he obtenido el peor  resultado de la historia de mi partido.
" 7 de cada 10 votantes no te quieren, Mariano" 
 A mí tan sólo 8 de cada 10.
"123 escaños no te legitiman para gobernar".
 Mis 90, parece que sí.
"Rajoy ha rechazado formar gobierno".
 Y yo no. Y aunque me han dado hasta en el cielo de la boca en las dos  votaciones para mi investidura, me arrogo la autoridad para seguir  intentándolo.
 Y como tengo un pacto con Cs, y CC me votó que SI, les guindo sus escaños,  los visto con mi casaca,y por arte de magia, convierto los 90 en 131 para  poder decir que ya tengo más que tú. 

Y todo esto, manteniendo que si hay bloqueo institucional es por culpa de los demás.

¿Os acordáis cuando el amado líder salió con su guardia de corps agitando un papelito donde repartía gobierno y atribuciones del "gobierno del cambio"?
Pablo Manuel argumentaba que, al tener prácticamente el mismo número de votos, se veía legitimado para conformar un gobierno paritario con Sánchez de presidente.
De insulto lo tildaron. Puto loco y codicioso el coletas....
Pues bien.
Hoy, lo que pide Sánchez es, que el partido Popular (con casi dos millones de votos por encima y 31 escaños más) le deje gobernar para derogar todas las políticas que han llevado en práctica esto cuatro últimos años, y nos han hecho sacar la cabeza del agua.
Que se adhiera, se abstenga y no haga ruido.


Así es muy difícil que me convenzan que el cambio es positivo.


No voté a Mariano en 2008.
No lo voté el 20-D.
Nunca me ha gustado. 
Siempre he pensado que sus maneras de Don Tancredo no son buenas.
La corrupción incipiente en el PP tiene mucho que ver con él.
Ha tenido la mayor cuota de poder en todos los años que llevamos en democracia y no ha hecho nada con ella.
Pudo, desde la atalaya que te otorga la mayoría absoluta, haber impulsado todas las reformas que hoy necesitan del acuerdo entre tres partidos para llevarlas a cabo.

En definitiva.No formo parte de los irreductibles que le siguen votando pase lo que pase.
Y, en condiciones normales, no me plantearía votarle en las hipotéticas elecciones de Junio.
Pero van a acabar por tirarme a sus brazos.

¿Tan difícil de aceptar es, que si ha ganado las elecciones con holgada diferencia, pueda gobernar?
¿No se plantean los demás partidos sentarse con el que ha ganado sin mayoría absoluta ( hasta hoy pensaba que era lo mejor), pactar una hoja de ruta para cuatro años, y ejercer una oposición eficaz con el peso del miedo a una moción de censura?

A lo mejor es hora de, visto lo visto, votar en masa al Partido Popular para que logre la mayoría absoluta.

Mariano, aguanta.
Mariano... sé fuerte.




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