"Durante
la decadencia del Imperio Romano, fueron muchos los pueblos bárbaros
(extranjeros) que, aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus
fronteras y se establecieron en ellas, presionando en forma permanente para
entrar. Si bien las legiones romanas contuvieron todos los intentos realizados,
los bárbaros lograron penetrar lentamente entre los siglos I y IV , y
establecerse en el interior, hasta que, finalmente, empujados por otros
pueblos, lo hicieron en forma violenta"
Esta es la explicación académica de las invasiones bárbaras del Imperio Romano de Occidente en cualquier libro o blog de historia.
Así
comienzo el post, inspirado en un twitero de bien que comparaba la situación
actual en torno a la inmigración de origen musulmana con las invasiones
bárbaras del Imperio Romano.
Y
es que, salvando las diferencias lógicas entre los dos casos, el fondo de la
cuestión soporta perfectamente la comparación.
De todos es sabida la situación bélica que azota Oriente Medio, sumido en el caos y el terror infundido por los asesinos del ISIS.
Sin
entrar a valorar las causas, responsabilidades o culpas de la situación,
La
realidad es la de siempre; quien más sufre los horrores de la guerra es la
población civil.
Y
como en toda guerra, se produce un imparable flujo de personas huyendo del
horror.
Fue en verano cuando nos QUISIERON abrir los ojos.
Después de cinco años de guerra civil, primaveras árabes varias, revueltas y retiradas precipitadas y cobardes del primo mayor Occidente, el flujo de personas, hasta aquella fecha continuo y sostenido, se convirtió en una oleada imposible de controlar por otro medio que no fuera la fuerza.
Los medios de comunicación en bloque nos ofrecían para desayunar, comer y cenar el drama de los refugiados.
Nos
explicaron que la culpa la teníamos nosotros. Nos hicieron creer culpables de
algo para cargar con las consecuencias de ello.
Y
lo hicieron de la manera más ruin y miserable a la que están tan acostumbrados;
aprovechando el dolor ajeno.
A ese dolor se le puso nombre, edad y cara, En una de las maniobras mediáticas más repugnantes que recuerdo, y a la que ya dediqué un post anterior http://unbuenpirata. la-foto.html
Aylan,
niño sirio de tres años, ahogado en las costas de Turquía.
Fue
el azar. O el control de los tiempos, da igual. Podrían haber elegido cualquier
otro niño de los que mueren CADA DÍA. Otro niño muerto por un ataque de gas. O
fusilado a las puertas de su casa. Pero fue él, Aylan, el que consideraron más
"útil" para sus intereses.
Ese fue el detonante para llenar los avatares de tweeter de lacitos. De frases melosas y cursis. Y sobre todo, mover conciencias.
Todo
con el objetivo principal (maniobra de ingeniería social hace mucho iniciada)
de inundar el imaginario colectivo de un buenismo altamente peligroso.
Había nacido el REFUGEES WELCOME
La población ya clamaba la apertura de las fronteras europeas para acoger a todo aquel que huyera de la guerra.
No
se planteó en ningún momento que fueran países musulmanes en relativa paz los
que acogieran a los exiliados.
Se
empezó a mezclar refugiado político, desplazados e inmigrantes; daba igual.
Abramos las fronteras.
Como
casi siempre, se pensaba con los intestinos en lugar de la cabeza, dando por
hecho el hipotético caso de la existencia de esta.
Pero afortunadamente todavía queda gente que sí usa la cabeza.
Que
observa lo que pasa y se hace preguntas, antes de acudir obedientes al toque de
corneta como eficientes soldaditos de la moral.
Unos "fachas asquerosos". "Racistas de mierda". "Xenófobos cobardes ante la multiculturalidad", "machitas antediluvianos"... Ya sabéis a quien me refiero. Esos... YO.
Son los apelativos más cariñosos con los que suelen obsequiar aquellos que no toleran la pluralidad. El precio que hay que pagar por cuestionarse cosas,
Por
nadar contra la corriente del tsunami progre-guay.
Algunos de esos "retrógrados" entre los que me incluyo, comenzamos a dar la voz de alarma.
Se
empezó a cuestionar la idoneidad (cuestión por otra parte perenne) de la
apertura de fronteras.
Ante
algunas informaciones que desvelaban planes de ISIS para infiltrar a
combatientes activos entre los refugiados, nos empezamos a preguntar si no
sería conveniente aplicar algún tipo de control en esas entradas.
Alertamos
del coste económico de acoger a TODOS los posibles desplazados, que en algunos
foros se cifran en millones de personas.
Quisimos
denunciar del diferente trato que se les daba a las víctimas del terror según
fuera su nacionalidad o su credo.
Como
siempre, se nos dijo lo que ya sabéis. Éramos proscritos, seguidores de la
teoría del apocalipsis.
Pues ya veis, igual el tiempo nos empieza a decir que algunos no vamos tan mal encaminados.
Este fin de año, en Colonia, ha saltado la "sorpresa".
Mil tipos de origen "del sur de Europa" (manda cojones con el término), según rezan las crónicas, se dedicaron a acosar, agredir sexual y físicamente y robar a no menos de 90 mujeres en las celebraciones callejeras de fin de año en Colonia.
Este
es un hecho, hasta el momento, poco difundido. En cualquier caso, no se le está
dando la dimensión real que tiene.
MIL
tipos... imaginad por un momento poner de acuerdo a diez personas para hacer
algo.
Siendo
una acción evidentemente planeada y organizada, se me presentan varios
interrogantes.
¿Esto es tan sólo el principio de algo peor?
¿Son
los primeros pasos de una forma de ataque hasta ahora desconocida?
¿Quién
organiza algo así? ¿Qué mente puede orquestar algo así?
¿Estamos
preparados para algo así? ¿Las autoridades no sospecharon nada?
¿Se
puede relacionar con el flujo de inmigrantes incontrolado?
Como me suda lo que ya sabéis que me llamen lo que sea y opinar es gratis, me voy a atrever a contestar todos los interrogantes, esperando de corazón, que el tiempo me obligue a rectificar y pedir perdón a quien toque.
Estoy convencido que esto sólo es el principio.
Ya
a raíz de este caso de Colonia, han salido casos anteriores.
Revueltas
en campos de refugiados. Altercados graves en países nórdicos.
(Oh!!
nuestros amados daneses)
Breves
de prensa de los últimos meses van tomando sentido con la perspectiva que nos
da el tiempo.
En
cuanto al tipo de ataque, esperen sus señorías cualquier cosa.
Nos
sorprendimos con el 11 S. Con el 11 M y el 7J de Londres.
Nos
pareció impensable lo de Charlie Ebdo, y lo ocurrido doce meses después en París.
Ataques a civiles por la calle con cuchillos.
Por
no hablar de la forma de matar en sus países de origen, hechos poco publicados
que nos estremecerían de conocerlos.
Crucifixiones,
lapidaciones, violaciones masivas hasta la muerte de la mujer o la niña,
fusilamientos desde niños a ancianos, personas enjauladas quemadas vivas,
decapitaciones y mutilaciones lentas...
El
mal hecho carne.
Y
hoy, nos seguimos sorprendiendo. Somos gilipollas.
Que no le quepa duda a nadie que atacarán causando el mayor daño posible,
Donde
puedan y cuando puedan.
Este
demonio que nos acecha tiene un nombre. Sólo uno.
Yihadismo.
Y su objetivo, invadir Europa
Da
igual cómo se llame. Al Qaeda, talibanes o ISIS. Y cuando se acabe con los que
están, cambiarán de uniforme y de nombre, pero no de objetivos ni métodos.
Al interrogante de si estamos preparados, la respuesta es rotundamente NO.
No
estamos preparados políticamente. Ni policialmente. Ni, lo que es mucho más
grave, socialmente.
Mientras
la borrachera de buen ismo nos ciegue, será imposible habilitar a
nuestras fuerzas políticas y policiales de la autoridad moral necesaria para
actuar de manera eficaz contra la amenaza.
Y llegamos al interrogante más difícil de contestar, y no por su complejidad de entenderlo. Por la complejidad de aceptar y denunciar que,
El REFUGEES
WELCOME según se ha planteado, es un problema.
Debemos perder el miedo a pensar que entre 1 millón de personas, pueden camuflarse 1000 o 2000 indeseables abyectos. Y que algo habrá que hacer para cribar el grano de la paja.
Asumiendo
la ayuda a los refugiados reales como completamente necesaria, no se debe dejar
de lado unos mecanismos de control que identifique y encarcele a todo aquel que
venga con intenciones aviesas.
No
se es peor persona por exigir a todo aquel que venga de fuera, respetar
nuestras leyes y nuestras costumbres, a la par que nosotros respetamos las
suyas, siempre que no choquen con la ley o con el bienestar común.
Y nunca olvidar que la libertad de un individuo termina cuando esta, conlleva la pérdida de libertad de otro individuo.
Comencé el post con una analogía de la caída del Imperio Romano frente a los pueblos bárbaros germánicos...
¿Seremos el próximo "Imperio Romano" en caer?
Para zurrarme, dejad vuestros comentarios, o buscadme en https://twitter.com/____pirata____?lang=es en twitter.
Un
saludo.
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