viernes, 8 de enero de 2016

F.C.B

A mis cuarenta castañas, mis primeros recuerdos diáfanos que tengo de fútbol hay que buscarlos en el Mundial 82.
La felicidad me embriagó con el 12-1 a Malta.Tengo clara la Euro del 84 y el fallo garrafal de Arconada en la final a disparo de Platini. La tragedia de Heysel. La euforia de Sandro Pertini por los goles de Paolo Rossi, y los intentos en vano de Campechano I por calmarle.
En definitiva, se podría decir que tengo edad para decir que las he visto de todos los colores.

En lo que al fútbol patrio se refiere, habiendo nacido en Barcelona, vivido en Barcelona, y con un padre muy muy muy culé, lo normal... he salido Culé.

En aquella época se nos podía aplicar a los culés , perfectamente, la leyenda de aquel anuncio mítico del Atlético de Madrid, y su pregunta brutal:
" Papá, ¿Por qué somos del Atleti?
No se me pasan por la cabeza muchas razones, la verdad. 
Quizás el fichaje de Maradona, Alguna Copa del Rey y alguna Recopa, y eso sí, todos los años ganarle los dos Clásicos al Madrid para perder luego la Liga.

Una época negra. Con un Núñez de presidente empeñado en fichar a los mejores jugadores posibles del mercatto, pero incapaz de dotar al club de alma. 
De identidad.
Años tormentosos repletos de lloros y complejos.

Nuestro leitmotiv era acordarnos del "robo" de Di Estefano por parte del Madrid, cagarnos en la madre de Guruceta Muro ( pobre mujer, la de otitis que habrá padecido), y llorar por la desfavorable "centralidad".
Evocábamos tiempos pretéritos de luces y lentejuelas invocando aquel Barça de las 5 copas, cantando la canción de Serrat (Basora, Cesar, Kubala, Moreno y Manchón).

Y entre lloros, prozak y paquetes de cleenex andábamos cuando, de repente, sin avisar, sin esperarlo...salió el sol.

El sol naciente llegó disfrazado de holandés feo y flacucho.
Fumador empedernido con ideas de loco.
Si le hubiera faltado una oreja, algunos le habrían confundido con otro holandés ilustre.

Johan Cruiff.

Ese es el Tótem. El punto de partida para entender quién somos y lo que hacemos hoy. 

Cambió de arriba a abajo el club.
Asumió el poder absoluto, cambió métodos de entrenamiento, contrataba y despedía desde el taquillero hasta el delantero, y lo más importante...
Nos mostró el alma.
Un camino claro hacia una identidad clara de cómo jugar al fútbol.
Podría haber escogido cualquier modo o sistema, habría dado igual, pero eligió el del fútbol total.
Una filosofía global e innegociable, donde el primer mandamiento es la pelota.El segundo, marcar uno más que el rival. Fácil. 
Si me hacen cuatro, yo tengo que hacer cinco. Y los hago.

Cierto es que a punto estuvo de salir tarifando en su primer año.
Harto complicado es darle la vuelta a un club de arriba a abajo. Y la falta de paciencia estuvo a punto de truncar la época más exitosa de un club en la historia del fútbol.
Pero esa pizquita de suerte, esa que hay que tener en los momentos clave, 
esa que, de no aparecer, trunca todas las bondades de tus intenciones, apareció.
Y ganó.
Y volvió a ganar.

Y así hasta hoy. Que seguimos ganando.

Pero no todo han sido albricias y cuchufletas.

Cada vez que nos hemos desviado un milímetro del camino marcado, y de probado éxito, nos hemos pegado el castañazo padre.

Es evidente que no se puede ganar siempre. Que los proyectos se agotan.
Pero no por ello hay que abandonar tu identidad. Vender tu alma.
Hay que entender, y así trato de hacerlo, que no se debe intentar ganar a cualquier precio.
Hay que ser crítico y exigente, sí. Pero también comprensivo y analítico.

La pérdida de humildad, la prepotencia y la borrachera de éxito nos provocó un paréntesis aciago. 
Un creer que ya estaba todo hecho y un pensar que los éxitos llegaban por obra y gracia del Espíritu Santo.
Un creer que por gastarse 4000 Mill de la época en un Overmars, o 3000 en un Petit eran garantía de éxito. Y no.

Volvimos al lloro.
Al victimismo que por más que me gustaría, no se acaba de erradicar de nuestro ADN.
Otra época, en este caso gris, pero mala de solemnidad.
Plantillas repletas de mercenarios ineficaces, carentes del cariño por su profesión necesario para sentir vergüenza cada vez que hacían el ridículo.
Una prensa completamente dividida entre los "oficialistas" y los que rezumaban inquina hacia una directiva que había dejado muchos cadáveres por el camino.
en una palabra... RUINA

Y volvimos a desempolvar los cleenex y el prozak. Pero como siempre digo, mañana amanece otra vez.

Y volvió a amanecer.

Esta época la tengo que explicar bastante menos.
La mal llamada Era Guardiola.

Mal llamada porque no la comenzó el Pep.
Comienza con la recuperación de los valores aprendidos en el 88.
El trabajo, la pelota y la pizquita de suerte.
Así, todo el que llega sabe donde viene y lo que se hace aquí.Y el que no lo entiende, carretera.

Primero Frank Rijkaard, luego Guardiola, también aportando sus cosas el difunto Tito, el Tata y ahora Luis Enrique.Multitud de grandísimos jugadores.Directivas varias.
Todos han logrado aceptar el rol de cada uno en el club.
Han entendido que el alma no se vende.

Y cierto es que nos estamos aprovechando del concurso del mejor futbolista de la historia (sin él todo habría sido diferente, seguro)
Cierto también que en momentos de cierta zozobra nos tiemblan las canillas y nos aferramos a los clásicos del prozak.
Incluso nos agarramos a banderas que no deberíamos.
Pecamos de cierto grado de prepotencia que no nos conviene, el cual aprovecharán para lanzarnos a la cara a la mínima.

Todo eso es cierto. Y espero que, por nuestro propio bien, y no porque a nadie al otro lado del Ebro le moleste, lo corrijamos.
Aprendamos a valorar lo que tenemos sin mirar demasiado a los rivales.
Entender que ya no somos el patito feo. Y que la necesaria rivalidad no se puede convertir en una competición absurda de "quién la tiene más larga".

Somos el Barça Coño!!!!!!!!

Pero lo que también es cierto e innegable, es que el club funciona.
Nos hemos convertido en el referente futbolístico mundial.
Y su filosofía también.
Tanto es así que ,con todo lo que ha padecido estos últimos cuatro años 
( Enfermedades, muertes, corruptelas, fraudes, ataques propios y ajenos...), cualquier club del mundo se habría sumido en una profundísima crisis, de la cual habría tardado años en recuperarse.
Como veis, no es el caso.

Doy gracias por haber podido disfrutar de este equipo, de este club, y pido poder seguir haciéndolo.
A veces ganando, y a veces no.


Con cariño, Jardiner...


2 comentarios:

  1. Te ha quedado demasiado comedido. Yo hubiese presumido más y con razón.

    Mira mi Madrid, cuando pienso que ha tocado fondo siempre aparece una nueva sorpresa. ¿Qué es más desastroso?¿El Madrid del s.XXI o el socialismo del s.XXI?. Complicado dilema jaja!.

    Un saludo.

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  2. No hay dilema...
    El socialismo, sin duda

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