NO A LA MERMA

En primer lugar quería daros las GRACIAS.

GRACIAS en mayúsculas a las casi 400 personas que han visitado la entrada anterior del blog y a todas aquellas que lo han comentado en RRSS, la inmensa mayoría de ellas, desde el respeto más absoluto que precisa un tema de esta extrema gravedad.

Si hay algo que tienen en común todas las opiniones que he intercambiado,fuera cual fuere su orientación ideológica , son las soluciones que desde nuestra humilde opinión, se vierten para buscarle solución a un tema de una complejidad no vista en Europa desde la primera mitad del 

siglo XX.

La diferencia radica en que, a soluciones iguales, nuestras mentes les buscan consecuencias diferentes.

Y es que es perfectamente entendible que nuestra cabeza nos dirija hacia una solución armada del conflicto, pero que nuestro corazón y vísceras no quieran ver las consecuencias brutales que esa solución conlleva.  

La razón de ese conflicto interno me atrevo a ubicarla en un convencimiento absurdo de la incapacidad del ser humano para cometer las atrocidades que,

probadas hasta el más descarnado extremo, realmente comete.

Hasta ahí, creedme que lo entiendo.Lo entiendo hasta el punto que yo, a veces, también tengo ese conflicto interno.Conflicto interno que se resuelve cada vez que aparece por cualquier medio de comunicación, cualquier vídeo o foto de estos salvajes                

                                                                                

No acostumbro a colgar fotos con mis textos, pero hoy lo creo absolutamente necesario.

Es absolutamente necesario que veamos el grado de crueldad y el nulo valor que le da esta gente a la vida.

Es fundamental que abramos los ojos y sepamos perfectamente a qué nos enfrentamos.

Nos enfrentamos a la pura maldad.

Abominaciones disfrazadas de personas, capaces de quemar vivos o fusilar a los niños que no cogen un AK-47 lanzándose al grito de Allahu akbar a matar a todo lo que desprenda un ligero olor a libertad.

Infraseres que apedrean hasta la muerte a una mujer por el mero hecho de llevar la cara descubierta.

Engendros de cerebro licuado capaces de rodear su cuerpo de explosivos y apretar el botón de muerte en un colegio, universidad o mercado llevándose consigo las vidas de cientos de personas.

Degüellan, crucifican, amputan y ahogan grabándolo todo en unos vídeos impecablemente editados para lanzarnos el mensaje que algunos no quieren ni ver ni escuchar. 

Y hay que ser muy necio para no ver que nos han declarado la guerra y que quieren matarnos a todos.

A todo aquel que no se someta.

Como ya os he dicho, entiendo ese conflicto interior de incredulidad ante tal barbarie.

Lo que ya no entendía, por más vueltas que le daba, es la creciente ola de buenismo que azota nuestro país.

Mientras en Francia se convierten en una piña alrededor de su bandera y su himno, nosotros los consideramos fachas por hacerlo.

Mientras su clase política responde con firmeza a la agresión y la amenaza, nosotros nos perdemos en vericuetos léxicos para evitar decir ciertas palabras.

Os he de decir que he tenido muchas dudas en escribir esto.

Al igual que mucha gente no es capaz de asimilar la maldad de este tipo de terrorismo, yo me quería negar a pensar que aquí, en mi casa, mi país, circulaba una cuadrilla de personajes con una ausencia de moral despiadada.

Y esa incredulidad me llevaba a flagelarme y pensar en lo mala persona que era por llegar a imaginar algo tan descabellado.

Pero el avanzar vertiginoso de los acontecimientos no me deja otra salida que pensar mal.

Horas después de los atentados de París, sumidos en la conmoción lógica del momento empezó a desfilar por los medios españoles multitud de personalidades de nuestro ámbito político condenando el atentado.

Un mensaje claro y homogéneo de todas las fuerzas políticas de apoyo a Francia, las victimas, y de firme condena del terrorismo.

O al menos eso parecía...

Entre todas las frases de dolor y consternación estereotipadas paso desapercibida una frase aparentemente cargada de sentido común y también de estado.

Lo publiqué en mi anterior post la mañana del sábado, atisbando su deriva, para mí hoy confirmada.

Mientras las masas se desvivían por encontrar en internet un fotomontaje molón de la torre Eiffel fusionado con el símbolo de la paz, banderas francesas y lazos negros, entre bambalinas se estaba preparando el guión de una apuesta.

Una apuesta tan arriesgada como perversa.

La apuesta por volver a repetir tiempos no tan pretéritos.

Se estaba desempolvando el no a la guerra.

El pistoletazo de salida de esta tropelía lo dió Pablo Iglesias con la frase en apariencia inocua y neutra :

" He hablado con Rajoy. Le he transmitido nuestro compromiso con las libertades, la democracia y los derechos humanos frente a la barbarie."

Con ese tono agrio y descarado que lo caracteriza, enfatizaba en la parte de los DDHH en las seis intervenciones televisivas que yo le vi.

Sumó a la frase la postura firme de no adherirse al pacto anti-yihadista firmado por el PP a instancias del PSOE y al cual Cs demandó unirse.Con la excusa de que firmar el pacto sería poco menos que una venganza contra los terroristas...

Flipa Maria Manuela!!!!! Una venganza contra,y esto lo añado yo, los "pobres" terroristas.

Al día siguiente, y con los dedos aún embadurnados de tinta debido a haber pasado toda la noche escribiendo, apresuradamente nos presentó los 7 puntos mágicos para acabar con el Yihadismo.

Un panfleto que mezclaba un montón de obviedades con alguna propuesta contenida ya en el pacto anti-yihadista que se había negado a firmar el día anterior.

Panfleto que, sin apoyar explícitamente una intervención armada, no la descartaba en ningún párrafo. Equidistancia más que suficiente para que sus huestes pensaran que se puede combatir al terrorismo armado con buenos deseos y piruletas.

La semilla estaba sembrada.

Solo le faltaba sentarse a esperar lo inevitable.

Y lo inevitable ocurrió pocas horas después en forma de diez 

caza-bombarderos franceses que lanzaron 20 bombas, 20, sobre un enclave terrorista en Siria.

¿Quién se lo iba a imaginar cuando Françoise Hollande , en el discurso posterior a los ataques, hablara de "acto de guerra" y de "respuesta sin piedad".?

Las banderas de Francia se cambiaron apresuradamente por las de Siria.

El pray for Paris mutó, en una "espontanea" reacción en cadena, en 

pray for Siria. 

Todos aquellos que lloraban desconsolados por París y sus victimas, los acusaban 24 horas después de asesinar niños, casi antes de que los cazas hubieran despegado de sus bases.

Y las cartas se descubrieron.

Llegó su verdadera baza...El  NO A LA GUERRA

Es comprensible que los mas jóvenes del lugar no comprendan, en toda su dimensión, el significado de esta expresión que, en condiciones normales, suscribiríamos la totalidad de seres humanos con un mínimo de cordura.

Pero los que calzamos cierta edad, al escucharla, nos retrotraemos al año 2004.

Nos vienen a la cabeza las cuatro horas diarias de Xavier Sardá y Galindo, aquel bajito adorable, gritando en "crónicas marcianas" ese no a la guerra.

Un no a la guerra con el que se fotografiaban multitud de "libre-pensadores" de la talla de Bardem o Willy Toledo, grandes referentes morales de nuestra 

época.

Medios de comunicación y políticos progres hacían sonar la consigna en cuatro de cada tres frases espetadas. 

Y un 11 de marzo sonaron las bombas.

Cualquier día de estos entraré en profundidad en este tema, porque merece un capitulo exclusivo, pero solo quiero daros un par de apuntes.

Tenéis que saber, que por mucho que os quieran engañar, aquel atentado provoco la victoria de Zapatero en unas elecciones que tenia perdidas dos días antes. Esto es así y me comprometo a demostrarlo en un futuro no muy lejano.

Aceptando los gravísimos errores que cometió el gobierno, que fueron muchos, lo que también tiene que quedar claro es la deslealtad y la bajeza moral que demostró el PSOE y todos sus voceros satélites. Aprovechando y utilizando los cuerpos todavía calientes de 192 victimas mortales en la mas repugnante maniobra política que yo he conocido.

Hoy el PSOE se ha posicionado del lado del estado y la responsabilidad.

Pero sus voceros son los mismos, con sus mismos complejos y taras.

Y es ese vació dejado por el PSOE el que quiere llenar Pablo Iglesias.

Quiere enarbolar él solo la bandera del pacifismo.

De ese buenismo simplón y manipulable.

Esperando retozar en otro charco de sangre. Con deslealtad y sin ningún escrúpulo.

Se que esto que digo os puede parecer una locura.

También podéis pensar que estoy obsesionado con el personaje.

Tenéis todo el derecho, porque como ya os he dicho, yo mismo lo he pensado, negando sistemáticamente el peso de los hechos.

Pero ¿que puedo hacer si cada paso que da el personaje, es un paso que yo ya había previsto?.

¿Qué coño puedo pensar si poco a poco nos vamos acercando al final de mi alocada teoría? 

Deseo con todas mis fuerzas equivocarme.

Y si no lo hago, deseo con la misma fuerza que su apuesta no sea ganadora.

Porque la única manera de convertir esa apuesta en ganadora, desesperado y último intento por asaltar la Moncloa, es mediante un baño de sangre.

Ojalá me equivoque...

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