viernes, 18 de septiembre de 2015

EL KILOMBO CATALAN

En condiciones normales, jamas se me habría ocurrido escribir o debatir sobre la independencia de Catalunya.

Para los que no me conozcan, he de decir que nací en Barcelona.
Que me siento Barcelonés, catalán y español. 

He pasado la mitad de mi vida en Barcelona y la otra mitad en Valladolid.

La etapa que me tocó vivir en Barcelona fue una etapa maravillosa.
Recuerdo una Barcelona abierta. Trabajadora y solidaria. 
Una Barcelona de principios de los 90 radiante y guapa.
Y sobre todo, una Barcelona rebosante de libertad y normalidad, tanto en lo político como en lo social.
En lo político, ese innegable sentimiento independentista que siempre ha estado ahí, vivía un statu quo aceptado con normalidad por el gobierno central y el autonómico. 
CIU siempre sacaba sus 18-20 escaños en Madrit que le permitían a Pujol acercarse de vez en cuando a la capital del reino a apretarle los huevos al presidente de turno y sacarle un puñao de miles de millones en forma de IRPF o infraestructuras. En Madrit contentos y en Catalunya contentos.
En lo social jamás viví una situación desagradable por mi condición de "charnego".
En mi grupo de amigos yo hablaba en castellano y ellos, los catalanoparlantes, me contestaban en catalán. Nos entendíamos perfectamente, todos contentos.
Quizás es simplificar demasiado la situación de aquella época pero es lo que yo viví y sentí. 

Mi etapa castellana comienza en el año 93. 
Respecto a mi condición de catalán  nunca me he sentido rechazado.
Me acogieron como a cualquiera que llegue nuevo a esta tierra.
En lo político solo se recordaba el "caso" catalán cuando Pujol venia a sacar la tajada correspondiente a los escaños conseguidos.
Se decía lo de "Pujol, enano, habla castellano" y poco mas. 
Al dia siguiente cuatro chascarrillos y a otra cosa, mariposa.

Fue una época en la que el sentimiento catalanista estaba colmado.
Los partidarios de la independencia eran mas bien pocos.
Un estatuto de autonomía que favorecía la región en detrimento de otras, a cambio de ser uno de los motores importantes del desarrollo de España.
Una normalización en lo lingüístico y en lo identitario ejemplar.
En definitiva...una convivencia que, a mi entender, ha sido fundamental para el bienestar de todos.

Entonces...
¿Que cojones ha pasado para que hayamos llegado a la situación actual?

Yo siempre he pensado que los políticos catalanes utilizaban el sentimiento independentista para su provecho. Hasta ahí creo que nada nuevo.
Lo que no entiendo es la razón de llevarlo al punto de convertir una ventaja en un inconveniente realmente serio.

En lo que si estoy de acuerdo con Artur y su tropa es que el culpable de la situación actual es el gobierno central.
Pero no en el sentido que ellos lo utilizan.
Yo acuso a mis gobiernos de inacción, permisividad y torpeza.

En el debe de Madrit hay una clave.
Hace tiempo que se debía haber reformado la Constitución para permitir una consulta formal en torno a la independencia de Catalunya.
De esa manera le quitas al independentismo la única arma efectiva que tiene, que es la falta de diálogo por parte de Madrit.
Ni el famoso "Madrit ens roba" , ni la baza lingüística, ni siquiera reescribir la historia para contar que Colon nació en Barcelona, o que Cervantes escribiera el quijote en catalán. 
La mayor causa de la proliferación de independentistas ha sido la cerrazón del gobierno central por el miedo febril a la fractura de España.
¿Alguien cree que hace diez años, en un hipotético referéndum, hubiera ganado el SI?

Si el gobierno central se hubiera sentado a buscar una vía real para que la gente decidiera, hoy no estaríamos así.
Seguiría habiendo el puñado de independentistas de siempre...no un millón más. Y España seguiría siendo la misma.

Por la parte que le toca a los partidarios de la independencia todavía lo entiendo menos.

¿Se les esta diciendo la verdad? Me da la impresión que no.

El gobierno central, como no puede ser de otra manera en estas circunstancias, no va a ceder ni un ápice. 
Las instituciones europeas se están hartando de decir que no se contempla una Catalunya independiente dentro de la UE.
Merkel, Cameron, hasta Obama, se han pronunciado en contra de la independencia de Catalunya.
El círculo de empresarios, ya sea como amenaza explicita, o como advertencia, también ha declarado que la independencia conllevaría la deslocalización de multitud de empresas ahora radicadas en Catalunya.
Los bancos se posicionan del mismo lado, con el consecuente revés económico a corto y medio plazo.

Y Artur, ¿que hace?
Sigue y sigue y sigue con su discurso rancio y plañidero.
Le dan absolutamente igual las consecuencias de lo que esta haciendo, y lo que es más grave, se lo esta ocultando a su gente.

Yo no tengo ninguna duda que en el caso de una Catalunya independiente, el tiempo normalizaría la situación. Habría opciones de una entrada en la UE.
Y a largo plazo una estabilidad social, económica y política.

Pero... ¿están los catalanes preparados para semejante travesía en el desierto?
¿Son conscientes de lo que se les viene encima?
¿Una vez alcanzada la independencia, quien dirigiría sus destinos?¿Oriol, que su único currículum es pedir la independencia? ¿Artur, el del 3%? ¿La CUP?... Menudo panorama.

En definitiva, lo que pase en este caso particular de Catalunya, personalmente me da un poco igual.

El problema es haber llegado a la situación actual.

El estado no se puede bajar los pantalones ante un órdago de este calibre.
La solución dialogada cabía antes, no ahora.

Ahora lo único que cabe es hacer cumplir la ley.Porque si empezamos a tomarnos la ley como el pito del sereno, el estado de bienestar desaparece y pasamos a vivir dentro de la ley del mas fuerte.



  

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